En la vida cotidiana existen numerosas ocasiones en las que el estrés, la tensión y la ansiedad surgen como una reacción o consecuencia ante diversas situaciones.
No cabe duda que estas manifestaciones ansiosas pueden llegar a convertirse en un agente causante no sólo de enfermedades (físicas y psíquicas), sino que diariamente, pueden repercutir en la realización eficaz de nuestro trabajo, en las relaciones interpersonales, en los estudios, etc.
Los/as alumnos/as se encuentran en diferentes situaciones en las que la tensión aparece como un elemento importante (asistencia a clase, actividades extraescolares, exámenes, finalización de Primaria e inicio de Secundaria, etc.) de aquí que este colectivo esté expuesto a que las dosis de ansiedad sean elevadas.
De todo lo anterior surge la idea de la necesidad de autocontrolar los niveles de ansiedad para que lleguen a ser perjudiciales.
En la literatura científica y en la práctica aplicada existen indicios que argumentan que los niveles de tensión pueden reducirse mediante la práctica de procedimientos de relajación. Partimos junto con otros profesionales de la idea de que la relajación es un procedimiento que puede ser enseñado sin ninguna complicación y que en la misma medida en que sea practica y utilizado se obtendrán beneficios correspondientes.
Por otra lado, a salud mental está todavía relegada de a un segundo plano en el terreno sanitario y, sin embargo, es un aspecto muy importante que contribuye a poder disfrutar de una vida plena sin lastres que nos impidan poder disfrutar de cada uno de los momentos de la vida bien sean agradables o desagradables. Y en estos últimos, poder hacerles frente, abordarlos y buscar soluciones y/o alternativas que nos permitan seguir avanzando.
Los trastornos por ansiedad y depresión son unos de los más frecuentes de los trastornos mentales y, buena parte de ellos, empiezan a